Hace muchos años estas prácticas estaban casi generalizadas, pero en pleno siglo XXI, con todos los avances en materia de limpieza pública, saneamiento en los edificios y posibles sanciones a las que se arriesga uno, me extraña que se sigan haciendo (cada vez menos, eso si) cosas como la que ilustra este artículo.
La verdad es que queda muy estético en foto, me recuerda a los fantasmas clásicos, tipo Casper.
Pero pienso que tirar a la calle el agua sucia de fregar el suelo no es propio de profesionales de la limpieza ni de gente limpia en general.
Y, dicho sea de paso, dice mucho sobre el local del que presuntamente procede el agua, aunque es muy visitado por su clientela, tanto asidua como esporádica. Es lo que tiene estar tan cerca del Corte Inglés.
A Marina le gustan los fantasmas. Les dice ¡ta!