Antes de Navidad estuvimos con unos amigos pasando el día por el valle de Guadalest.
Acabamos en Beniardá, que ya lucía sus adornos navideños:
Aparcamos en la plaza del pueblo, a pesar de las advertencias:
Y no era como para no tomárselas en serio:
Afortunadamente no pasó nada mientras comprábamos aceite de oliva en la almazara que hay a la entrada. Por cierto, lo que más me gusta de entrar en una almazara es el aroma del aceite recién prensado (aquí no se nota, pero allí si)
Cuando fuimos a pagar, entramos en la oficina donde nos atendió Doña Rogelia Seguí, que aparte de ser muy amable es una excelente pintora.
Aquí dejo unas muestras:
Un retrato de una joven con una botella redonda y un medallón también redondo:
Un bodegón con botella de aceite:
Y una vista de Beniardá desde la falda de la Aitana con el embalse de Guadalest al fondo, mi favorito:
Si vais a Beniardá, no os costará mucho encontrar la almazara. No lo dudéis, comprad aceite de oliva y admirar las obras de arte de Rogelia.