Ya decía en la entrada de agosto, que las hojas, tan verdes ellas, están cubiertas de polvo. Por eso se ven tan grisáceas.
Podéis comprobar que lo que dice el hombre del tiempo es cierto al menos en lo que se refiere a Alicante: en verano ya no llueve. Ni siquiera esas tormentas vespertinas que refrescaban el aire durante unas horas y hacían aparecer esos olores a tierra húmeda. Y esos truenos, con o sin rayos, pero de un grave que emociona.
Bueno, al menos os desvelo donde se esconde la fuente: está en medio de la foto, de color azul muy claro (últimamente la limpian mucho, por suerte), vamos, está aquí:
Justo cuando llegaba a la plaza, desde la esquina opuesta al Casino, he tenido una grata sorpresa: había un fotógrafo. Bueno, debería decir un Fotógrafo, que seguro que el equipo que lleva está adecuado a su calidad profesional.
Debía estar preparándose para realizar una serie de fotos de la fuente, que a estas horas está muy favorecida.
Me gustaría ver sus resultados. Seguro que vale la pena.
Pues sí, bonica ella, seguro que a partir de las diez u once de la noche se está fresquito fresquito al lado de la fuente.
Que bonita te ha quedado, pero que rebonica.
El fotógrafo también está muy rebonico.
Que tranquilidad se respira en esa plaza, no? el fotógrafo y tú serían de los pocos que pasaban por allí en aquel momento. Uno de esos bancos pide a gritos sentarse para echar una siestecita mientras escuchar el sonido de la fuente, que relajante 🙂
Ya hace tiempo que no me paso por allí. Parece que la vegetación se ha desbordado 😉
Por cierto, bienvenido de nuevo a la rutina bloggera.
Esta plaza va recobrando su brillo poco a poco.