Cuando el otro día iba siguiendo las señales misteriosas, pasé por la Plaza de Balmis, un rincón de Alicante con el ambiente un poco degradado por la presencia de ciertas personas que ofrecen ciertos servicios que…, bueno, eso.
Pero conserva un encanto cuando no hay nadie, especialmente por el revestimiento de los bancos, en plan Parc Güell, pero más rústico. Y conste que ese par de palomas no se dedica a lo que insinuaba antes.
Los dibujos que forman son muy sugerentes, y armonizan con el edificio que hace esquina con la Calle Canalejas.
Un poco más abajo, en la esquina con Rafael Terol, está la Policía Local, que no se libra de los conos cuando hace falta, como debe ser:
Y para rizar el rizo, y puestos a ver cosas sugerentes, al doblar por la esquina de la Calle San Fernando, nos encontramos con una tetería a la que no le han ahorrado ideas en el nombre:
Y recuerda que las palabras en rojo son enlaces (estas no).
